II.15 Bascunes = ¿Rocaforte, Pamplona?                                                        (p. 65)
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Queda, por último, el caso de Bascunes/Barscunes, conocida hasta ahora sólo por sus amonedaciones del grupo navarro, con sus característicos reversos de jinete con espada. Como ya dije, los mayores lotes de monedas con procedencia de este letrero indígena son de Alagón y de Tafalla (cf. supra), mientras que aparecidas en Pamplona, la capital de los vascones, sólo contamos con tres. Pero bien puede ser una circunstancia accidental y no concluyente, puesto que Alagón es Alauo y hemos propuesto Curnonion para Tafalla.

El parecido de Bascunes con Vascones, a pesar de la vacilación b/v, resulta tan atractivo que resulta difícil no aceptar que fuera el nombre anterior de Pompaelo, pues éste no podía ser el indígena y, como bien da a entender Estrabón (III, 4, 10), ella era «la ciudad de los vascones». Encontré también en este mismo sentido una noticia interesante de ibn Hayyan (1981: 150), en la famosa aceifa de Pamplona, del año 924: An-Nasir llegó por fin a devastar la ciudad de Banbaluna, la cual «da nombre a la región». Como no tenemos constancia para el país de un nombre similar a Pompaelonia, cabe pensar que éste al que se refiere Hayyan fuera Bascones/Vasconia. Hay, por tanto, algunos indicios en favor de Pamplona.

Pero una segunda alternativa mejor, para la que he encontrado también elementos, la representaría el actual Rocaforte, con su dios Peremusta, «el más alto». Rocafort se ubicaba defendiendo el llamado en época medieval «paso de los Vascones», ruta obligada para el acceso desde el SE a Pamplona y el saltus, una vez pasada Sangüesa. En efecto, el mismo Ibn-Hayyan (1981: 149), en la ocasión recién referida, llama al paso por el que an-Nasir penetra hacia Lunbira (Lumbier) y Pamplona, el «Fayy al-Baskuns», «el desfiladero o paso de los Vascones», y a la población junto a él, «Baskunsa». Unos autores interpretan que ésta, patria del rey Sancho, es Sangüesa y otros que Rocaforte (ibn Hayyan, 1981: 146). Pero como ibn Hayyan la llama «aldea», y los árabes ya habían superado el paso, encontrándose en «altos montes y solitarias cimas», creo más posible que se refiera a Rocaforte. Así, Bascunes se encontraría en el punto de control y acceso al corazón del territorio vascón. De las dos hipótesis posibles es ésta, sinceramente, la que más me convence, debido sobre todo a la denominación árabe de Rocaforte-Sangüesa como Baskunsa, que no puede ser más expresiva de su posible nombre anterior: Vascones.

Sobre esta ceca v. por último Víllaronga, 1995: passim y espec. 98-99. La conocida vacilación Basc-/Barsc- debería resolverse en favor de la primera, a la vista de teónimos como el hallado en Aquitania: Deo Bascei Andosso (a otro propósito citado por Gorrochategui- Lakarra. 1996: 120).

No deja de resultar extraño, sin embargo, que se cambiara el nombre a una ciudad indígena relevante, porque no encaja con la política habitual romana de denominación de ciudades que no se erigían ex novo, como parece ésta. Y me parece igualmente raro que se permitiera memoria tan notable del peor enemigo de César. No es éste el lugar para tratarlo, pero Estrabón (III. 4. 10), la única fuente, no aclara qué Pompeyo es el fundador de Pamplona. Personalmente, dudo mucho que Pompeyo el Grande con todo su imperium fundara una ciudad con su propio nombre que en el año 57 d.C. aún se denomina civitas (CIL II 2958) y en época de Vespasiano sigue siendo estipendiaria (Plinio III. 4. 24). Se podría defender acaso algún tipo de preterición estatutaria por causa de su origen, pero también se me ocurre que no se debería descartar como fundador algún Pompeyo anterior, como el primer cónsul de la familia, Cn. Pompeius, que en 141 a.C. pacta un foedus inconcluso con los numantinos (Liv., Epit. 54, i. a.); o incluso que fuera el padre del Magno. Cn. Pompeius Strabo, el autor del licenciamiento de la turma Salluitana. Sobre él, Fr. Miltner en RE. XXI.2. col. 2254 ss: No sabemos casi nada de su actividad entre el 93 (en que es pretor con su padre, en Macedonia) y el 90 a.C., en que aparece ya comandando una de las legiones del norte de Italia. Se duda si pudo administrar Sicilia en estos tres años, pero quizá tuvo algún destino desconocido en la Citerior. Y está claro que la turma Salluitana de la guerra del 90-89 a.C. se había reclutado antes, entre ciudades ya con cierto nivel de fidelidad, incluidas varias vasconas. Sin ir más lejos, el pacto de hospitalidad citado (II 2958) que los pompelonenses suscriben en el 57 d.C., es una renovatio (por tanto de un pacto ya antiguo) con un L. Pompeius Primianus (no Cnaeus, Caius ni Sextus), a primera vista de Caesaraugusta, a juzgar por su tribu Aniensis (aunque uno de los legados, no sabemos si pompelonés, sí es Sextus, y además Nepos). Parecen quedar, en torno al fundador de Pamplona, algunos interrogantes...

Salvo que se esté refiriendo sólo a la cuenca de Pamplona, pero no lo creo.

Vetus Sancosa, es decir, la vieja Sangüesa, llamaba Ceán Bermúdez (1832: 153) a Rocaforte (el Rocafort de los mapas del XVII), recogiendo viejas tradiciones del pueblo. Según otros, se llamó Suessa (Fatás, 1971: 119). Pero Sangüesa es posterior a Rocaforte, que parece su núcleo primitivo. De hecho, aquélla es muy citada en documentos medievales (Corona, 1947: 113-114), sobre todo como Sangossa (var. Sancuesa. Sanchuesa, Sanguessa y Sanguossa), mientras que no se cita ya en ellos la fortaleza de Rocafort.